El río Pilcomayo en crisis: indígenas azotados por la sequía y escasez de sábalo

A estos factores se suman las obras civiles que se ejecutan en el lado argentino y que afectan el cauce normal del afluente. Además, existen problemas de sedimentación, lo que provoca que bajen los niveles de agua

El río Pilcomayo está en crisis. Los indígenas weenhayek están en alerta por la situación que atraviesa el principal afluente que pasa por el Chaco boliviano y que nace en las alturas de Potosí. La contaminación provocó que en algunos sectores haya sequía, lo que llevó a la disminución del sábalo, el principal pez del río que se transforma en una actividad económica para las comunidades. En Argentina y Paraguay hay preocupación por estas aguas que desembocan en esas regiones.

No es la primera vez que existen reproches por la contaminación del río Pilcomayo. Este es un problema que viene arrastrando denuncias hace más de una década y poco se hizo para que el afluente deje de llevar residuos mineros y contaminantes en sus aguas hacia otros países, como Argentina y Paraguay. Pero no solo es el caso del Pilcomayo, hay muchos otros ríos en occidente que están desangrados por la actividad minera.

La Organización de Capitanías Weenhayek de Tarija (Orcaweta) dio un ultimátum a las autoridades nacionales, departamentales y regionales con el fin de salvar al río Pilcomayo. Hubo una reunión hace unos días para establecer salidas a la crisis que atraviesa el afluente. Hoy, existe el anuncio de trabajar en mesas técnicas. Incluso se anunció que el 4 de agosto llegará el presidente Luis Arce para entregar el primer plan de mitigación del afluente.

En junio, en la comunidad de San Antonio de Tunteyas del municipio de Villa Montes, la Orcaweta pidió la declaratoria de zona de desastre al principal río chaqueño, apresurar las tareas de dragado y exigir a la Cancillería de Bolivia convocar a una reunión de emergencia internacional.

Pablo Rivero es el capitán grande de la nación weenhayek. El dirigente tiene esperanza para que lleguen soluciones al Pilcomayo. El indígena enumeró las situaciones negativas por las que enfrenta el afluente, entre las principales son situaciones ambientales, como la sequía y la sedimentación que provoca que el nivel del agua baje a niveles extremos. Además, dijo que los estudios preliminares mostraron grados de contaminación y lo que más preocupa es la escasez del pescado sábalo.

“El río Pilcomayo sufre por múltiples causas, las más comunes son las globales, que son las ambientales, como la sequía, y de acuerdo a la lectura a los expertos ambientales afirman que los caudales del río Pilcomayo van disminuyendo. Otro factor grave es la sedimentación, que cada año va aumentado, hay mucha calzada, mucha arena, mucho lodo, ese es otro factor. Sobre la contaminación solo hay estudios preliminares que no dan a ciencia cierta lo que verdaderamente sucede”, remarcó Rivero.

El líder weenhayek añadió otro “factor grave” que aumenta la crisis del Pilcomayo: es la construcción de obras civiles en el lado argentino. Rivero señaló que en el Bañado La Estrella, en la localidad de Formosa, se construyó un terraplén —denominada ruta 28— que impide el cauce normal de las aguas del Pilcomayo.

“Con este terraplén en el lado argentino el bañado se va ampliando y así se impide el cauce normal del río. Se vio este tema en varias reuniones, y eso también afecta en la pesca”, dijo Rivero.

Francisco Pérez también es dirigente del pueblo weenhayek. El indígena afirmó que el Gobierno debía declarar zona de desastre del río Pilcomayo hasta el primero de agosto. El dirigente también confirmó que existen reuniones para salvar el afluente.

Mientras, el presidente de la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija, Alan Barca, pidió no politizar la problemática ambiental del río Pilcomayo y además solicitó a Argentina y Paraguay, por donde ingresa el afluente, involucrarse en la búsqueda de soluciones.

Barca lamentó que se pretenda imponer la política en una temática que es de orden técnico. “No sé si estamos a tiempo por lo menos de hacer todos los esfuerzos para tratar de revertir esta situación, esperamos que así sea”, declaró el asambleísta tarijeño.

En comisiones

En ese sentido, el titular de la entidad legislativa instruyó la conformación de una comisión mixta integrada por las comisiones de Pueblos Indígenas y Desarrollo Productivo para que recorran el Pilcomayo, a fin de realizar una evaluación técnica y responsable.

“Desde la capital del departamento no podemos saber una realidad que está a miles de kilómetros y por eso la comisión mixta va a estar en el lugar de los hechos para verificar con certeza las condiciones del río Pilcomayo”, expresó Barca.

Algunos estudios de laboratorios determinaron que el agua del río Pilcomayo no es apta para consumo humano, tras la contaminación producida por el colapso de un dique de colas en la comunidad de Agua Dulce, en Potosí.

Rivero lamentó que por la acumulación de factores este año no existe una pesca normal de sábalo, un alimento de subsistencia de los weenhayek. “Este año no vino ni un cardumen de la especie de sábalo, ni otras especies que se mueven en el río Pilcomayo. Eso motivó a que nuestra gente se movilice. Ahora estamos en estado de alerta”, afirmó el líder indígena.

El mayor problema -según Rivero- está en la parte de Argentina y Paraguay, donde ya se tienen reportes de mortandad de peces. “Esto puede generar problemas más adelante, porque los peces maduran en la parte de Argentina y Paraguay y en época de lluvia migran a la cuenca del Pilcomayo, pero como hay mortandad, habrá mala pesca y los pueblos weenhayek, tapieté y guaraní, que viven de la pesca, seremos los más afectados”, detalló.

Rivero consideró que la solución a este problema no es la cancelación de la pesca por años, como se vino proponiendo por algunas autoridades. “Esto generaría un gran perjuicio a nuestro pueblo y por eso ofrecimos al Gobierno alternativas para mitigar esta situación. Es un plan que es considerado”, dijo.

ATENTADO AMBIENTAL

El 23 de julio del año pasado colapsó el dique de colas en la región de Agua Dulce, en el departamento de Potosí, y vertió más de 10 mil toneladas de residuos de minería, altamente contaminantes en la quebrada de Jayasmayu, que a través del río Tarapaya se conecta con la cuenca del Pilcomayo. Hubo reproches a la cooperativa por no respetar normas ambientales.

ESTUDIOS ARGENTINOS

En 2014 sucedió un hecho similar. La minera potosina Santiago Apóstol destrozó un dique de cola y provocó un atentado ambiental en toda la cuenca del Pilcomayo. Especialistas argentinos detectaron en los tejidos musculares y las espinas de sábalos capturados en la localidad Misión La Paz, en la región de Salta, valores de plomo de 3,27 y 15,94 miligramos por kilo.