Tras abandonar Afganistán, Biden defiende la salida de EE. UU

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. FOTO: Al Drago. Bloomberg

En vilo aún la suerte de cientos de estadounidenses y miles de afganos que no alcanzaron a ser evacuados de Afganistán antes de que venciera el plazo acordado, el presidente Joe Biden se dirigió este martes a EE. UU. nuevamente para explicar su decisión de poner fin a la guerra más larga en la historia de su país y el caos que eso generó en los últimos días.

El mandatario inició su discurso con tono enérgico, alegando que la evacuación de más de 120.000 personas, en la breve ventana de tiempo que se abrió tras la abrupta caída del Gobierno afgano, pasará a la posteridad como una de las operaciones militares más exitosas que se recuerden. Y defendió la salida de Afganistán como “la mejor decisión para EE. UU. ”.

Pero luego volvió a enfocarse en lo que ha sido su mantra a lo largo de estas tortuosas semanas. “Esta guerra debió terminar hace mucho tiempo, y yo no iba a extenderla un día más. Llegó el momento de acabarla”, dijo Biden, e indicó que el repliegue final, tras dos décadas de intervención, siempre iba a ser complejo y riesgoso.

Según el presidente, cuando llegó a la Casa Blanca sabía que se trataba de una decisión difícil pero correcta para el país, pues la única alternativa diferente al fin era el escalamiento del conflicto.

“A los que me han criticado les pregunto: ¿querían que nos quedáramos otra década más exponiendo a nuestros soldados y usando recursos en un conflicto que no respondía ya a nuestros intereses de seguridad nacional, mientras países como China y Rusia sacaban ventaja de la trampa en la que estábamos?”, añadió.

De paso, y quizá lo más trascendente en todo su discurso, Biden hizo énfasis en que el fin de la guerra en Afganistán era también el fin de la era de las operaciones militares para reconstruir otros países.

Adoptando una postura nacionalista muy al estilo de su antecesor, Donald Trump, Biden subrayó también que EE. UU. no debía desgastarse en este tipo de conflictos, sino, más bien, enfocar sus recursos en atender las necesidades de los estadounidenses.

Miembros talibanes de la unidad Bradi 313 durante su llegada al aeropuerto de Kabul.

Aclaró, no obstante, que su país no abandonará a Afganistán, pero que el apoyo a partir de ahora será diplomático y en ayuda humanitaria. Y fue enfático al indicar que ese cambio de postura no debía ser interpretado por sus enemigos como un signo de debilidad y amenazó con perseguir hasta “el último rincón del planeta” a cualquiera que atente contra los estadounidenses o sus intereses.

En particular, se refirió al grupo Estado Islámico K, que se atribuyó el ataque de la semana pasada en el que murieron 13 soldados de EE.UU. y 170 afganos.

Biden, además, defendió la decisión de establecer este 31 de agosto como el último día para la permanencia en Afganistán. “Fue una fecha diseñada para salvar vidas de estadounidenses”, dijo.

Según el presidente, todos los altos mandos en sus fuerzas armadas le recomendaron mantener esta fecha para reducir al máximo el riesgo de nuevos atentados terroristas. El mandatario reconoció que, no obstante el esfuerzo, entre 100 y 200 estadounidenses aún permanecían en Afganistán. Afirmó, eso sí, que serán rescatados si en algún momento optan por salir del país.

Si bien Biden asumió toda la responsabilidad por su decisión de poner fin a la guerra, volvió a insistir en que su administración estaba acorralada por el “pésimo” acuerdo que firmó Trump en 2020 y en el que se comprometió a salir del país en mayo de este año.

El de este martes fue el tercer discurso que pronunció Biden sobre Afganistán desde que cayó Kabul, hace 15 días. Y no es claro si logró apaciguar la tormenta de críticas que le ha caído por la caótica ejecución del repliegue.

Aunque casi todo el mundo coincide en que su presidencia ya está manchada por estos acontecimientos, el veredicto final dependerá de muchos otros factores. Entre ellos, si se presentan nuevas víctimas estadounidenses o se desata una nueva ola de atentados terroristas que tendría origen en el vacío dejado por EE. UU.

Fuente: EL TIEMPO