Exportación de gas cae un 16% a marzo y Argentina busca prescindir de Bolivia

Planta para producir gas natural en Bolivia. | ABI

El 2022 fue el año en que Bolivia se convirtió en un importador neto de energía y, por primera vez desde 2001, se gastó más en la compra de gasolina y diésel de lo que se obtuvo vendiendo gas.

Los ingresos por exportaciones de gas natural cayeron en 16 por ciento al primer trimestre de este año, comparado con el mismo periodo de la gestión anterior. Mientras tanto las importaciones de combustibles subieron en 19 por ciento.

En este panorama de menor producción y venta de gas, Argentina prevé pronto dejar de depender de Bolivia y comenzar, incluso, a exportar el hidrocarburo de Vaca Muerta hacia el mercado boliviano.

De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a marzo de 2023, el valor de las exportaciones de gas cayó de 685 millones de dólares a 575 millones en el mismo periodo de tiempo.

Las importaciones de combustibles y derivados alcanzaron los 712 millones de dólares, un 19 por ciento más que en el primer trimestre de 2022.

El 2022 fue el año en que Bolivia se convirtió en un importador neto de energía y, por primera vez desde 2001, se gastó más en la compra de gasolina y diésel de lo que se obtuvo vendiendo gas.

El déficit energético comenzó en abril del año pasado. Desde entonces los ingresos por la venta de hidrocarburos fueron en descenso, principalmente, debido a la caída de la producción.

Para el analista en hidrocarburos José Padilla, la actual tendencia es consecuencia de la “dejadez” del gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) durante 14 años.

“Hubo dejadez en dos sentidos: no cambiar la Ley de Hidrocarburos, pese a que hay una nueva Constitución Política del Estado (CPE), y no permitir a los empresarios petroleros vender lo que ellos producen. De acuerdo a la ley, sólo YPFB vende”, indicó.

Esto se suma al pesado marco fiscal en materia de hidrocarburos, lo que ha desincentivado la inversión en exploración. “Teníamos una gran cantidad de reservas gasíferas y de dinero para hacer exploración y otras cosas. Si lo hubiéramos hecho en su momento, Bolivia estaría con su economía tranquila”, apuntó el analista.

Bolivia atraviesa por una crisis económica que se expresa en la falta de dólares en el sistema financiero. Con el aumento paulatino del costo de las importaciones de combustibles y la caída de las ventas del gas, esta situación puede agravarse.

“YPFB no puede traer más combustible por esta falta de divisas, pero el Gobierno debería priorizar el abastecimiento al transporte y sector productivo”, resaltó Padilla.

Ventas a Argentina

Argentina (junto a Brasil) fue uno de los principales mercados del gas boliviano, pero en los últimos años YPFB enfrentó problemas para mantener el suministro de hidrocarburos según la demanda por su decreciente producción.

Argentina apuesta por sacar el gas de Vaca Muerta, que ya produce más gas que toda Bolivia, para llevarlo al norte de su territorio y dejar de depender de su vecino.

Es más, el ministro de Economía argentino, Sergio Massa, señaló que su país planea exportar su gas a Brasil y a Bolivia, dejando así a este último país al margen como productor y exportador.

El contrato de venta de gas a Brasil vence en 2026, mientras que Argentina buscar dejar de comprar a Bolivia en 2024.

“Nosotros vamos a ser importadores en lugar de exportadores. No olvidemos que YPFB anunció que se fue a trabajar a Vaca Muerta, pero ahí debemos negociar con los gasoductos que tenemos, y con lo que nos queda de gas mantener la generación de energía eléctrica”, añadió Padilla.

La producción de gas cae en 37% 

De acuerdo a las proyecciones del Gobierno, la producción de gas natural para este año habrá caído en 37 por ciento con relación al 2014, año en el que se alcanzó la cúspide en explotación de hidrocarburos, con 59,6 millones de metros cúbicos al día (MMm3d).

El Ministerio de Hidrocarburos y Energía prevé que el 2023 el promedio de la producción esté en 37,4 MMm3d, lo que no sólo significa una brúsqueda caída desde el 2014, sino también una declinación con relación a los 40 MMm3d del año pasado.

En 2022, la demanda internade gas estaba alrededor de los 13 MMm3d. Después del 2030, según la consultora Wood Mackenzie, Bolivia produciría sólo 11 MMm3d e importaría para su consumo.

Fuente: Los Tiempos