En el Chaco sufren por falta de agua y forraje “El único apoyo que recibimos es del ex diputado Cardozo" según los comunarios

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La aguda sequía que padece la Región Autónoma del Gran Chaco,  en el departamento de Tarija acrecienta el drama de cientos de familias agropecuarias, que ven morir su ganado y perder sus cosechas por la falta de lluvias, los atajados secos se llenan de vacas flacas y sedientas. El poco líquido elemento que se consigue, apenas alcanza para el consumo humano.

Así lo describe Luis Lázaro Rojas Balderrama , comunario de Nueva Esperanza , población ubicada en la llanura chaqueña, a poca distancia de la frontera con Paraguay, donde las carahuatas son el mosaico de la tierra y las charatas … , reinan en el cielo.

En esta tierra, escenario de la Guerra del Chaco (1932 – 1935), agrietada y polvorienta  por la falta de lluvias, los chaqueños (as) hacen Patria, a diario, en condiciones extremas, con temperaturas superiores a los 45 grados.

WILMAN CARDOZO VA EN AUXILIO, ANTE EL ABANDONO DE LAS AUTORIDADES

“El único apoyo que recibimos en esta grave sequía es de Wilman Cardozo, el llevó alimentos para la gente y rollos de forraje para el ganado, cuando llegó por allá, le pregunté si era autoridad y me dijo que no, eso me sorprendió, una persona particular nos ayuda y las autoridades nos abandonan”, sostuvo Luis Lázaro Rojas Balderrama.

Destacó que Cardozo Surriabre es un ciudadano de Yacuiba, pero llega hasta al Chaco profundo, jurisdicción del municipio de Villa Montes, para ayudar a los más necesitados.

“La gente nunca se olvidará el apoyo que nos da el doctor Cardozo. Hemos venido a Yacuiba para pedir ayuda a las autoridades del Gran Chaco, necesitamos agua, alimentos y forraje, si una persona particular, que no tiene ninguna obligación, nos ayuda, no entendemos porqué nuestras autoridades nos abandonan cuando más los necesitamos”, afirmó Rojas Balderrama.

Explicó que la situación en la llanura chaqueña  es extrema, la escasa precipitación apenas sirve para humedecer la tierra, los atajados cosechan milímetros de agua, que rápidamente se evaporó por las elevadas temperaturas, superiores a los 40 grados.

“El ganado se acerca a nuestras casas para pedirnos agua y forraje, nosotros conocemos a los animales, sabemos cuando piden, pero apenas tenemos para nosotros, vemos a la gente traer agua en bidones desde lejos para su propio consumo”, señaló.

Agregó que la única esperanza real es la lluvia, pero por ahora, no se observa en el cielo señales de que caerá, por lo menos en la cantidad para satisfacer las necesidades de personas, animales y cultivos.