“El fuego nos venció, levantamos las manos”, las llamas superan a bomberos y sufren los animales silvestres

Foto: RIcardo Barbery

Santa Cruz tiene 53 incendios en 14 municipios. El ANMI San Matías, hogar de la paraba azul, está siendo devastado. El Ministerio de Educación autoriza la modalidad virtual de clases en distritos afectados por la humareda

“El fuego nos venció, la brecha que hicimos fue sobrepasada. Mi gente se cansó y ya no puede más. Nadie nos ayudó y ahora nos vamos. La gente se enfermó, las mujeres que dejaron a sus hijos están cansadas y ya no pueden mirar por el humo. Levantamos las manos y nos volvemos a defender nuestras casas”, ese fue el grito de impotencia del comandante de un grupo de bomberos comunales de Providencia, zona de Alto Paraguá, en un video que grabó este fin de semana cuando fueron rebasados por las llamas en un área boscosa en San Ignacio de Velasco.

Los incendios no solo dejan desolación y un paisaje negro, sino que también generan nuevas emergencias en comunidades pobladas y rebasan a algunas cuadrillas de bomberos.

“Este es el fuego que nos venció, que nos acabó, ya no podemos más”, señalaba el comunario de Providencia, mostrando una línea extensa de llamas que agotó a los que estaban en primera línea.

En San Matías, unos de los municipios más golpeados, hay áreas extensas con árboles achicharrados, reducidos a troncos ennegrecidos, mientras las fuerzas se concentran en salvar a  los animales que sobrevivieron a las llamas y, sobre todo, en resguardar las zonas  pobladas. 

En San Matías sufre el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI), hogar de la paraba azul, que es un ave endémica de Bolivia, es decir, que no está presente en ningún otro lugar del mundo. El fuego que empezó el 22 de junio ya ha arrasado con el 35% de esta reserva de 2.918.500 hectáreas, la segunda más extensa del país.

Los incendios han puesto en un peligro evidente a esta especie. Los nidos son afectados por el fuego y las aves huyen de las llamas y sufren por la densa humareda. Los guardaparques caminan entre las cenizas y los árboles carbonizados buscando salvar nidos y pichones.

El ‘grito’ de la paraba que huye de los incendios los acompaña y los conmueve porque saben que sufren también de sed y de hambre. 

“Los árboles de sujo, donde suelen anidar, se quemaron, también los motacusales y ahora no tienen mucho para alimentarse porque estas aves comen motacú y totaí”, dice Ricardo Barbery, guardaparque del ANMI San Matías.

Esta reserva se encuentra en el Pantanal boliviano, frontera con el Brasil. Debido a la extrema sequía, los pantanos están agrietados y los árboles secos son combustible para los incendios. Los guardaparques también rescatan tortugas y otros animales silvestres que logran sobrevivir a las llamas, pero también encuentran lagartos, aves y otros animales calcinados.

“El fuego continúa y a este ritmo parece que va a quemar todo no más”, dice al indicar que los bomberos y guardaparques continúan desplazados, pero la falta de accesos a los lugares de incendio complica las tareas.

El fuego también genera nuevas emergencias y avanza hacia las comunidades más pobladas. Luis Miguel Carracedo, subgobernador de la provincia Ángel Sandoval, informó que se han logrado liquidar algunas emergencias, pero “hay situaciones nuevas como en la comunidad Ascensión de la Frontera, donde desde hace tres días se está combatiendo ese incendio que ingresó desde de la provincia Velasco, por la comunidad Marco Porvenir”.

La autoridad también indicó que el otro fuego que no se ha podido apagar está en el ANMI San Matías, entre las comunidades de San Fernando y Santo Corazón. “En esta zona no se ha dejado de trabajar en ningún momento, pero en algunas circunstancias, como la ocurrida en la Comunidad Candelaria, se tuvo que evacuar a personas, guardaparques y bomberos que se descompensaron. Todos fueron atendidos y reincorporados de nuevo en las emergencias que ya fueron liquidadas, pero ahora estamos enfrentando nuevos incendios”, manifestó el subgobernador.

Barbery señaló que un equipo de bomberos se está desplazado a San Fernando para resguardar los motacusales que hay en la zona, fuente de alimentación de la paraba azul.

Carracedo indica que, según datos preliminares, en la provincia tienen 1.250.000 hectáreas dañadas por el fuego y entre ocho a diez comunidades afectadas, sin contar las que ahora están en emergencia.

“La mayor parte de los daños está en el ANMI San Matías, donde ya tenemos un 35 por ciento de nuestra área protegida afectada, el resto está fuera de ANMI”, indica el subgobernador.

Las comunidades que han sido afectadas por el fuego son Candelaria  (con más de 150 familias), San Miguelito  (28), Natividad  (38), Villazón (25), Tornito (42), Las Petas (cerca de 160), Carmen de Limones (25), Alta vista, Minador y Santa Isabel  (entre las tres hay unas 70 familias) y Pozones (30).

Ahora trabajan en las comunidades de Ascensión, donde hay más de 200 familias; San Fernando, donde hay unas 120; y Santo Corazón, con 200 familias.  “Ascensión es la segunda población, después de San Matías, y luego le siguen Santo Corazón y San Fernando, son las tres nuevas y las más pobladas”, dijo Carracedo.

En medio de toda la crisis por incendios también enfrenan la sequía, por lo que padecen la falta de agua en todo el municipio. Están llevando agua potable en  cisterna a las comunidades y con la Gobernación empezarán los estudios geofísicos para implementar la perforación de pozos.

También sufren las altas temperaturas, con más de 42 grados centígrados, lo que complica las tareas de combate diurnas. “Ahora es difícil controlar porque hay harto combustible (monte seco), con certeza se va a quemar el cien por ciento del área protegida”, advierte Barbery.

Señala como responsable a quien inició los incendios y también a quienes se les dio aviso cuando el fuego había iniciado y no dieron parte a las autoridades para que lleguen a tiempo las brigadas de combate.

Los incendios

Hay más de medio centenar de incendios activos en del departamento. La Gobernación cruceña informó que Santa Cruz tiene 53 en 14 municipios, donde se están movilizando  516 bomberos, voluntarios y comunarios.

El coordinador del COED, Jhonny Rojas, pidió a las instituciones encargadas que cumplan su rol y procesen a las personas que están prendiendo fuego para que sean sancionados.

Señaló que  el fuego está en los municipios de Concepción, Urubichá, Ascensión de Guarayos, San Ignacio, San José, San Matías, San Javier, San Rafael, El Puente, San Miguel, Puerto Quijarro, Roboré, El Carmen Rivero Torrez y Portachuelo.

Señaló que son más de dos millones de hectáreas devastadas por las llamas, superando a las gestiones  2023 y 2022, cuando  se quemaron 1,9 millones y 1,5 millones de hectáreas, respectivamente.

“Se está trabajando de día y de noche para sofocar los incendios”, señaló.

Afecta a las clases presenciales

El Ministerio de Educación, a través del viceministro de Educación Regular, Eudal Tejerina, autorizó la modalidad de clases a distancia en los distritos educativos afectados por el humo.

“Las direcciones distritales tomarán las medidas de cambio de modalidad de clases en los establecimientos de municipios afectados por este tipo de condiciones ambientales, considerando que se ha dotado de textos escolares a los establecimientos”, indicó Tejerina, citado por ABI,

El Ministerio de Educación aclaró que no se suspenderán las actividades escolares, sino que se cambiará a la modalidad a distancia, para proteger la salud de los estudiantes.

El humo de los incendios contiene partículas microscópicas que pueden penetrar en los pulmones y provocar una serie de problemas de salud, desde irritación en los ojos y goteo nasal, hasta enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas.

En Bolivia se registran incendios en 18 municipios de Santa Cruz, Pando y Beni, según el Viceministerio de Defensa Civil.

Algunos municipios de Santa Cruz, Beni, Pando, La Paz y Cochabamba han registrado calidad del aire entre mala y extremadamente mala en los últimos días debido a los incendios.

Un año crítico

Los incendios comenzaron en el mes de junio, cuando se reportaron los primeros puntos de fuego en el ANMI de San Matías. En distintas zonas se han registrado líneas extensas de fuego y remolinos, de llamas y humo, similares a las de 2019, cuando se vivió una de las peores catástrofes ambientales, con 4,2 millones de hectáreas quemadas en el departamento cruceño. Aquella vez fueron devastados los bosques de la Chiquitania. Ahora no solo sufre esta zona, sino también el Pantanal boliviano.

FUENTE: EL DEBER