El 89% de menores de 18 años en Bolivia desplazó al idioma nativo por el castellano
La Encuesta de Hogares refleja al oriente y Tarija con más castellanización.
El castellano desplaza a los idiomas nativos como principal lengua en las nuevas generaciones, que en una prevalencia del 89% indicaron que su lengua en español es la que principalmente aplican, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE).
“En el grupo de mayores de 50 años de edad, más del 32% habla un idioma nativo, mientras que los menores de 18 años tienen como principal idioma el castellano en más del 89%. En consecuencia, a medida que avanza el proceso de globalización, muchos idiomas nativos podrían perder vigencia o llegar a extinguirse”, alertó el INE, en interpretación de su más reciente Encuesta de Hogares, estudio que tiene el objetivo de generar información estadística de las principales características demográficas y socioeconómicas de la población boliviana.
De acuerdo con el INE, en relación a lengua materna (idioma de origen con el que el individuo se relaciona en sus primeros años de vida con el medio que le rodea), cerca de una de cada cuatro personas mayores de cuatro años aprendió una lengua nativa.
“No se identifican diferencias por sexo, pero sí por área de residencia, donde más del 50% de la población rural menciona haber aprendido a hablar en un idioma nativo, en tanto que, en área urbana solo el 12,8% de las personas declara esta situación”, se lee en la Encuesta de Hogares.
En cuanto a un análisis por departamento, el INE identificó que Pando tiene la mayor cantidad de su población con el castellano como idioma principal, seguido por Tarija, Beni y Santa Cruz.
“Potosí y Chuquisaca con altos porcentajes de población rural presentan también los mayores porcentajes de población cuyo idioma materno fue uno nativo. Los departamentos del oriente, incluyendo Tarija, destacan por mostrar niveles de castellanización superiores al 90%”, señala.
Respecto al idioma que habla la población, la Encuesta de Hogares establece que en 2021 alrededor del 25% de la población aprendió un idioma nativo, pero “menos del 20% declara utilizarlo como primer idioma”. En el área urbana, 9,7% indicó que habla en idioma nativo, mientras que, en el área rural, la cifra llega a 44,5%.
“Al igual que en el idioma materno, los departamentos de Chuquisaca y Potosí exponen los mayores porcentajes de población que habla un idioma nativo, en relación al resto del país. De la misma forma, los departamentos del oriente incluyendo Tarija, muestran los porcentajes más elevados de población que habla castellano como idioma principal”, indica.
La alerta del INE es clara, la prevalencia de las lenguas nativas está cada vez más relegada en las nuevas generaciones.
El director del Instituto Plurinacional de Estudio de Lenguas y Culturas (IPELC), del Ministerio de Educación, Wálter Gutiérrez, indicó a La Razón que el paso de las lenguas nativas tuvo una gran afectación porque eran consideradas “marginales”.
“Hemos entrado en un proceso de reversión de esta situación. Es verdad, hay todavía esta situación de rechazar y que todavía las estadísticas van bajando, pero nosotros pensamos que hemos frenado un poco y que si nos dan tiempo vamos a revertir esta situación y podemos salvar, revitalizar nuestras lenguas, vamos a ir trabajando”, dijo Gutiérrez.
El instituto revisó estos datos, los cuales nutrirán un plan que ya estaba en marcha, que implica un fomento a la conciencia de los jóvenes e incursión del área educativa. “Como Estado Plurinacional, hemos tomado conciencia, la voluntad política desde años anteriores ha hecho que despeguemos gente, por ejemplo, desde el pueblo más pequeño que es el Machireni, que tiene 39 miembros (…) los hablantes son tres y dos son tan fuertes pero estamos trabajando y se han destinado dos ítems”, afirmó el director.
El IPELC planea un observatorio para monitorear lenguas nativas
Conscientes de la necesidad de mejorar pero inquietos por una evaluación más detallada, el Instituto Plurinacional de Estudio de Lenguas y Culturas (IPELC), entidad desconcentrada del Ministerio de Educación, planifica la creación de un observatorio para monitorear las lenguas nativas, con apoyo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
“Sin desmerecer el trabajo que hace el INE, que es una instancia oficial que saca las estadísticas, nosotros ahora como IPELC estamos trabajando para instalar el Observatorio Plurinacional de la Vitalidad de las Lenguas, el mismo que le estamos proponiendo al INE hacer de manera conjunta”, dijo en entrevista con La Razón, el director del instituto, Wálter Gutiérrez.
El objetivo de este espacio es que un personal se dedique a realizar un monitoreo del estado de los idiomas nativos, para identificar debilidades y los avances de las estrategias que busca aplicar el Gobierno.
“En el marco del decenio de las Lenguas Indígenas se ha establecido que Bolivia va a consolidar el Instituto Internacional de las Lenguas Indígenas, que va a ser trabajado con apoyo de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura), el FILAC (Fondo para el desarrollo de los pueblos indígenas), entre otros. Dentro de esto, estamos trabajando en el observatorio”, puntualizó el director.
TRABAJO.
Gutiérrez indicó que la idea es que este observatorio cuente con la participación de los pueblos indígenas y que empiece a publicar los resultados de sus análisis desde 2023.
“(Se busca) publicar en los próximos años datos mucho más reales y precisos para medir la situación real de nuestras lenguas”, afirmó el especialista.
El Gobierno trabaja en un plan de múltiple abordaje para rescatar las lenguas, con apoyo del sistema educativo, con los 30 alfabetos de lenguas indígenas aprobados en el país y un trabajo cercano con las familias.
“Hemos trabajado un plan estratégico institucional de 10 años, que toma en cuenta seis grandes objetivos, entre éstos, cómo desarrollamos nuestras lenguas transfronterizas, el aymara está en cuatro países, el quechua en cinco, el guaraní en tres, los machineris, yaminaguas en tres; en estos lugares, un trabajo con los otros países”.
Fuente: LA RAZÓN