Bolivia en llamas: Investigadores advierten urgencia de reformar políticas para frenar la crisis ambiental
En 2024, Bolivia enfrentó una nueva ola de incendios forestales que arrasaron entre 10 y 11 millones de hectáreas, equivalente entre el 9 y 10% del territorio nacional. La devastación incluyó ecosistemas únicos como el bosque amazónico, los bosques secos de la Chiquitania y del Chaco, y el humedal del Pantanal. Áreas protegidas emblemáticas como el Parque Nacional Noel Kempff Mercado y territorios indígenas críticos también fueron gravemente afectados.
Estos datos, recopilados por un equipo interdisciplinario de investigadores bolivianos y extranjeros —entre ellos: Yifan He, Stasiek Czaplicki Cabezas, Oswaldo Maillard, Robert Müller, Alfredo Romero-Muñoz, Laurenz Feliciano Romero Pimentel, Alcides Vadillo y Vincent Antoine Vos— revelan la alarmante frecuencia de los incendios y la ineficacia de las políticas actuales. Bolivia ocupa el tercer lugar en pérdida de bosques primarios desde 2020, impulsada por la expansión agrícola y ganadera, respaldada por políticas que promueven el uso del fuego y permiten la deforestación ilegal.
Según los expertos, los incendios de 2024 no fueron un evento aislado. El estudio advierte que la actual Ley 337, junto con sus extensiones (Leyes 741 y 1171), no solo perdona la deforestación ilegal, sino que también incentiva prácticas insostenibles. En 2021, aunque el 98% de las áreas quemadas resultaron de incendios ilegales, las sanciones emitidas fueron mínimas, con solo 248 casos procesados.
Propuestas de reforma
Los autores enfatizan la necesidad de acciones inmediatas y estructurales tales como:
- Reevaluación de políticas agrícolas y derogación de leyes perjudiciales.
- Fortalecimiento institucional y financiero de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT) y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP).
- Gestión forestal sostenible liderada por comunidades indígenas y locales.
- Capacitación y equipamiento para prevenir y manejar incendios forestales.
Este llamado a la acción es respaldado por instituciones de renombre internacional, entre ellas la Universidad de California, Santa Barbara, y la Universidad Autónoma del Beni José Ballivián, destacando la colaboración global para enfrentar una crisis que amenaza no solo a Bolivia, sino también a la biodiversidad del planeta.