Tarija: seis meses de espera por la PTAR que prometía la CAF

La construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) en Tarija, largamente anhelada para detener la descarga de aguas servidas al río Guadalquivir, se ha convertido en un ejemplo de parálisis estatal.
En abril, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) aprobó el crédito de 65 millones de dólares, pero medio año después no hay un solo ladrillo colocado.
Promesas sin respaldo
Ricardo Pacheco, del Comité Impulsor de la PTAR, denunció que no existe ningún documento oficial que garantice el financiamiento y que el proyecto ni siquiera ingresó a debate en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).
“Son 20 años de promesas. ¿Creen que en una sesión parlamentaria, donde están más ocupados en repartirse cargos, se van a acordar de la PTAR?”, cuestionó.
El dirigente advirtió que la crisis política en el Parlamento, sumada al calendario electoral, hace inviable que el crédito se apruebe antes de que nuevas autoridades asuman en noviembre.
Cívicos suben el tono
El presidente del Comité Cívico de Tarija, Jesús Gira, fue tajante:
“Esto se ha convertido en una mentira”, dijo, responsabilizando directamente al ministro de Medio Ambiente y Agua, Álvaro Ruiz, a quien acusó de “fallarle a su propio departamento”.
Gobierno pide paciencia
Ruiz asegura que existen “avances importantes” y que ya hay un “precontrato” con la CAF, además de estudios técnicos concluidos y terrenos garantizados en Cabeza de Toro. Sin embargo, no presentó documentos que respalden sus afirmaciones, lo que alimenta el escepticismo ciudadano.
Proceso atado a la política
El diputado José Luis Porcel (CC) reconoció que el proyecto quedará en manos de la siguiente legislatura. Según las proyecciones, el informe final de la CAF se conocería tras la segunda vuelta electoral, lo que empujaría cualquier aprobación hasta enero de 2026.
Dos décadas de inacción
La PTAR acumula 20 años de promesas rotas, desde los tiempos del expresidente Evo Morales, pasando por exalcaldes como Rodrigo Paz y exgobernadores en plena bonanza económica.
Mientras tanto, las lagunas de oxidación del barrio San Luis están colapsadas y continúan vertiendo aguas servidas sin tratamiento al Guadalquivir, aumentando el riesgo sanitario y ambiental.
FUENTE: AGENCIAS