Se consolida el pronóstico “Niño” y algunos modelos ya anticipan que podría tratarse de una fase intensa
A comienzos del presente mes de marzo el pronóstico elaborado por Climate Prediction Center e International Research Institute for Climate and Society (CPC/IRI) indicaba que la fase “Niña” tendería a diluirse en el primer cuatrimestre de 2023 para dar paso a una fase “Neutra”. Y proyectaba para el trimestre comprendido entre agosto y septiembre de 2023 una probabilidad del 61% de ocurrencia de una fase “Niño”, la cual suele estar asociada con precipitaciones mayores a las normales en buena parte del territorio del Cono Sur.
La cuestión es que este lunes se publicó el denominado pronóstico “objetivo”, el cual se elabora con el promedio ponderado de las proyecciones elaboradas por los principales centros climáticos mundiales, y el mismo refuerza el anticipo realizado por los climatólogos del CPC/IRI.
El promedio de modelos climáticos muestra que existe un 67% de probabilidad de ocurrencia de una fase ENSO “Niño” en el trimestre comprendido entre los meses de julio a septiembre de 2023.
Eso implica que los modelos climáticos son más optimistas con el advenimiento de una fase “Niño”, luego de tres “Niñas” consecutivas, respecto de la opinión subjetiva de los climatólogos del CPC/IRI.
Otra particularidad es que la proyección de parte de los centros climáticos muestra una potencial aceleración de la temperatura en el Océano Pacífico ecuatorial en los próximos meses, lo que estaría indicando que podría tratarse de una fase intensa de “El Niño”.
Eso indicaría, en caso de consolidarse ese pronóstico, que Argentina, Uruguay y el sur de Brasil podrían esperar un escenario de lluvias abundantes para el período de siembras de la campaña gruesa 2023/24 luego de tres años de problemas y penurias.
Por supuesto: no se trata de una buena noticias para aquellas zonas, como es el caso de la región oeste bonaerense, que, si bien se vienen defendiendo bien en fases “Niña”, con la llegada del “Niño” suelen experimentar inundaciones que algunas ocasiones resultan catastróficas.
El fenómeno Niño-Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés), que comprende la variación de parámetros meteorológicos del Océano Pacífico ecuatorial, influye de manera determinante en los regímenes de precipitaciones de diferentes regiones del mundo.