Los “curiosos” juegos tradicionales del Gran Chaco

Uno de los entretenimientos tradicionales es la cuarteada.

Las tradiciones chaqueñas son variadas y muy entretenidas, más aún la característica fundamental de los juegos de antaño de esta región es que fueron muy singulares y en muchos casos excéntricos. Estos varían desde enterrar a un pato, encebar a un chancho hasta forcejear al galope de un caballo por una pierna de chivo.

Esta singularidad los ha hecho únicos y hoy por hoy se los extraña. Esto sobre todo  porque el uso de la tecnología también en el Chaco ha hecho estragos. A raíz de esto las Damas Chaqueñas, con el apoyo del Gobierno Municipal de Yacuiba, desarrollan una serie de actividades de antaño. En este marco se hicieron concursos y se entregaron premios a los primeros lugares. Pero estas actividades se realizan cada semana en la plaza 12 de Agosto de la ciudad de Yacuiba.

UNO DE LOS JUEGOS TRADICIONALES ES EL PALO ENCEBADO, QUE CONSISTE EN LLENAR DE GRASA UN PALO O CORTEZA DE ÁRBOL MAYOR A TRES METROS DE ALTO, EN LO MÁS ALTO DE LA CORTEZA SE ENCUENTRA EL PREMIO COLGADO. LA PERSONA QUE LOGRE ALCANZARLO SE BENEFICIA DEL PREMIO.

Otro juego muy llamativo es el de la sortija, según las reglas un jinete saca con un hierro caliente una sortija o disco que cuelga de un hilo. Esto lo hace al galope de su caballo. El jinete que logre sacar más discos en las tres oportunidades dadas, será el ganador. En la actualidad también suelen usar discos de cd.

Otro entretenimiento tradicional es la cuarteada, igualmente se desarrolla con hombres a caballo, en este caso dos. Uno de ellos lleva en sus manos un cuarto de chivo (Pierna) y con el otro jinete comienza a forcejear, el que gana la pulseada se lleva el cuarto de chivo como premio.

“Cuando era joven jugaba este juego, hasta que me he caído del caballo con el cuarto de chivo en la jeta y mi madre me ha dicho `No me vas más´, fue muy gracioso”, recuerda Juvenal Ortiz de 70 años.

Más aún dice que otro juego que le gustaba mucho era el de la carrera de embolsados, donde participaban mayores, niños y jóvenes. Si eran mujeres y hombres, cada quien participaba en su categoría. Cada uno de los participantes se metía a una bolsa de saquillo hasta la cintura y agarraban la bolsa con las dos manos. Una vez que partían daban brincos hasta la meta.

“¡Las veces que hemos jugado a eso con mis compadres, era muy lindo! Éste es uno de los juegos que debemos recuperar para alejar a las wawas del celular”, dice.

Más aún, otro juego gracioso que muchos chaqueños recuerdan y que hoy ya no se juega es el del pato enterrado. Éste consiste en enterrar al pato hasta el cuello, tras esto el hombre con los ojos vendados, intenta golpear al pato a la altura del cuello con una caña no tan gruesa ni tan delgada, el premio se lo lleva la persona que logra golpear al pato justo en el cuello.

Pero un juego que también incluye a un animal es el del chancho encebado, éste consiste en poner sebo o grasa al chancho  y soltarlo dentro del corral para que niños y personas mayores intenten atraparlo, el o la que lo logre se quedaba con el cerdo.

Un juego que también se lo practica en Tarija es la tabeada, Gabriel Farfán explica que es un juego donde principalmente participaban hombres adultos y ancianos. Cuenta que para éste se debe preparar una masa de barro al medio, llamada tradicionalmente queso. Posterior a ello se raya la cancha contando siete pasos a ambos lados y se tira la taba. Cada participante tiene derecho a tres oportunidades. Si cae la taba de cara es suerte y si cae al revés, el jugador pierde.

Pero más allá de esto se practicaba también una costumbre que hoy es polémica pero que aún pervive en la actualidad. Se trata de la riña de gallos. Una tradición antigua que consiste en que cada participante presenta a su gallo a un combate, deben ser gallos de la misma raza.

Alrededor se forma una ronda de espectadores y apostadores. El gallo que logre vencer al otro será el que gane la riña por ende hará que gane el dueño y los que apostaron por él.

“Otra cosa linda era la carrera de caballo” dice Anastacio Vega de sesenta años quien recuerda que éstas se practicaban cuando se desarrollaban festividades de santos y vírgenes. Para esto se apostaba dinero y se reunía en una sola caja, que era entregada a un juez rayero. Al finalizar la carrera se entregaba el dinero al ganador. “Uf se requería de mucha agilidad, mi compadre el Zambo siempre participaba pero se preparaba con meses, él y su caballo”, dice.

Tradiciones que perviven

Si bien muchos juegos tradicionales se han ido perdiendo en el tiempo, en el Gran Chaco hay muchas otras costumbres que perviven, entre ellas la mateada, la hierra, la pialada y la ambrosia.

Hasta hoy muchas tardes en el Chaco se pasan en tertulia al paso de un mate, que es una infusión preparada con hojas trituradas de diferentes yerbas (Yerba mate). Se dice que el mate bien cebado es ritual de amistad y es un excelente compañero de toda hora.

Según gamy.gob.bo/turismo quien seba mate debe ofrecerlo con la bombilla hacia el lado del invitado, la bombilla al revés se considera una ofensa: “Mate P´a atras p´a que no volvas”. No se agradece cada mate que se recibe. Solamente se debe decir gracias, cuando  se está satisfecho y quiere abandonar la rueda o mateada.

Otra de las tradiciones es la hierra se la practica en los puestos ganaderos y consiste en marcar al ganado con hierro caliente, alrededor de esta práctica se arma la fiesta, se baila chacarera, se bebe y se canta hasta el amanecer.

Tres tradiciones que persisten

Ambrosiada

Es una costumbre que se practica en la madrugada. Consiste en extraer leche al pie de la vaca y tomarla inmediatamente en un vaso previamente combinado con singani o alcohol y canela

Pialada

Se trata de “pialar” (atar) con un lazo las patas delanteras del animal según el criterio de cada persona ayudando los “pateros” encargados de atar las patas traseras y los “coleros” quienes tiran de la cola hasta hacer caer al suelo al animal.

Chacarera

Baile de la Región Chaqueña que sin duda fue aplicado de alguna chacra (granja), según se cree este baile surgió de algunas de las muchas actividades propias de las granjas, donde se acompaña con algún medio de percusión se baila en parejas como la cueca, pero sin pañuelo, se castañean los dedos en cada vuelta, el zapateo es un escobilleo que generalmente depende de la habilidad del danzarín quien le pone su propio estilo.