Lo que el caótico debate deja ver de la política de EU

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, evitó condenar a los supremacistas blancos, habló de un intento de golpe en su contra y sugirió sin pruebas que puede haber fraude electoral.

El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, mandó callar a Trump y lo calificó de racista, payaso y mentiroso.

En suma, el primer debate entre ambos rivales para las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos se volvió un cruce caótico de ataques personales e interrupciones constantes. 

Pero si de algo sirvió el duelo de 90 minutos, fue para reflejar el grado de deterioro político del país, con un recelo y desprecio entre rivales electorales inimaginable algún tiempo atrás.

"¿Quieres callarte, hombre?"

De hecho, el debate entre Trump y Biden en la Universidad Case Western Reserve de Cleveland fue la fotografía de un país polarizado políticamente y sacudido por varias crisis simultáneas. 

La pandemia de coronavirus que suma más de 205.000 muertes en EE.UU., el colapso de la economía o las protestas contra el racismo y la brutalidad policial fueron algunos de los temas de discusión.

También confrontaron sobre el llenado de una vacante en la Corte Suprema de Justicia que puede alterar el equilibrio del máximo tribunal y acerca de la integridad de las elecciones.

Ante semejantes retos, los candidatos tenían la oportunidad de mostrarse como líderes capaces de unir al país en tiempos difíciles.

Sin embargo, Trump dejó claro de entrada que apelaría a su clásica retórica de "nosotros" contra "ellos" que ha usado con frecuencia desde la presidencia. 

"Nosotros ganamos la elección", dijo al justificar su polémica decisión de cubrir la vacante en la Corte Suprema sin esperar al próximo veredicto de las urnas.

"Nosotros tenemos el Senado, tenemos la Casa Blanca y tenemos una nominada fenomenal". 

"Ellos vinieron detrás de mí tratando de dar un golpe, me persiguieron espiando mi campaña (de 2016), empezaron el día en que gané e incluso antes", dijo en otro momento. 

Las interrupciones constantes de Trump a Biden y sus entredichos con el moderador, el periodista Chris Wallace, evidenciaron a un presidente difícil de contenerse dentro de las reglas de juego.

Biden, que desde hace meses aparece delante de Trump en las encuestas, había dicho este mes que buscaría evitar "entrar en una pelea" durante los debates. 

Sin embargo, pasó rápidamente de la sonrisa al enfado: "¿Quieres callarte, hombre?", le reclamó a Trump en una de sus interrupciones. 

Y aunque también le pidió al presidente que salga de su "búnker" para buscar unir a demócratas y republicanos en soluciones para la pandemia, lanzó varias descalificaciones más contra Trump. 

"Es difícil hablar con este payaso, perdón, esta persona", dijo Biden en un momento. "Él es racista", disparó un poco después.

Pero el mandatario sugirió que sus simpatizantes "vayan a las urnas y miren con mucha atención". 

Y evitó decir qué hará él mismo si considera que la elección fue amañada. 

Biden aseguró que aceptaría una eventual derrota cuando todos los votos sean contabilizados y sostuvo que si Trump pierde "va a irse".

"No puede permanecer en el poder", aseguró, eso no ocurrirá", afirmó. "Así que voten".