La Paz: escasez de diésel reduce operaciones del PumaKatari al 70% y del servicio de aseo urbano al 65%

La persistente escasez de diésel en la ciudad de La Paz está generando una seria afectación en los servicios municipales esenciales. El servicio de transporte público PumaKatari opera solo al 70% de su capacidad, mientras que el sistema de recolección de basura se encuentra al 65%, informó este martes el director de Gobernabilidad de la Alcaldía, Gonzalo Barrientos.
“En el caso del PumaKatari estamos trabajando a un 70% de la capacidad, en el recojo de basura al 65%. Hemos tenido que suprimir el lavado de mercados, plazas, plazuelas, áreas públicas y el barrido diario”, señaló Barrientos, al advertir que el problema de abastecimiento de carburantes se ha agudizado en las últimas semanas.
La crisis de combustible, que ya lleva varios meses, ha obligado a miles de vehículos públicos y privados a formar largas filas en las estaciones de servicio, generando caos en la logística urbana. En este contexto, los servicios de emergencia y mantenimiento de infraestructura también se han visto comprometidos.
“Estamos operando solo al 80% en tareas críticas como limpieza de cuencas, cabeceras de ríos, torrenteras y mantenimiento de canalizaciones. Hay que hacer largas filas, esperar horas para cargar combustible y eso retrasa toda la logística”, explicó el funcionario edil.
Aunque el Gobierno ha entregado un cupo de 20.000 litros de diésel para emergencias, Barrientos advirtió que se encuentran “al filo de agotar las reservas”, y que cualquier retraso en la provisión puede paralizar por completo algunos servicios municipales.
La falta de carburantes no solo golpea al transporte y al aseo urbano, sino también a las llamadas “súper obras” impulsadas por la gestión del alcalde Iván Arias, las cuales también han visto retrasos por la imposibilidad de operar maquinaria pesada de forma regular.
Ante esta situación, el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz exige al Gobierno central una pronta solución y una distribución regular del combustible para garantizar el funcionamiento de los servicios públicos esenciales.
“Lo que está en riesgo es la salud pública, la movilidad urbana y el desarrollo de proyectos clave para la ciudad. Esperamos que se normalice cuanto antes la distribución de diésel y gasolina”, concluyó Barrientos.
FUENTE: RED UNO