El acero latinoamericano y la escalada arancelaria de Trump
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En el sector acerero latinoamericano llueve sobre mojado. Los aranceles del 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio anunciados por el presidente estadounidense, Donald Trump, son una gota más en un estanque donde la marea del acero chino ya estaba amenazando con hacer naufragar a siderurgias de la región. De hecho, ya ha hundido a algunas, como la chilena Huachipato, administrada por la Compañía de Acero del Pacífico (CAP), que cerró en septiembre del año pasado.
México y Brasil, los dos mayores exportadores latinoamericanos de acero a Estados Unidos, son ahora los principales afectados por la decisión de Trump, que no cesa de apretar la tuerca aduanera y acaba de comunicarle al mundo la imposición de "aranceles recíprocos". En el caso de México, la situación podría agudizarse aún más: según informan agencias, citando a la Casa Blanca, a la tarifa general del 25 % al acero podría sumarse otro porcentaje igual,previamente anunciado para ese país y Canadá, con miras a impedir el flujo de migrantes y drogas por las fronteras estadounidenses. Dicha medida ha sido pospuesta transitoriamente.
México y Brasil en el foco
¿Cómo reaccionar a esta situación? "México tiene un déficit comercial con Estados Unidos, lo que significa que importa más acero del que exporta a ese país. Así que habrá que esperar a ver si el Gobierno mexicano toma represalias imponiendo gravámenes a la importación de acero estadounidense", indica Germano Mendes de Paula, profesor del Instituto de Economia y Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Uberlandia, en Brasil.
Por lo pronto, "la medida tiende a desalentar la inversión en la industria siderúrgica mexicana, que tiene varios proyectos de expansión (e incluso de construcción de nuevas plantas) en marcha o en fase de análisis", dice a DW el especialista brasileño.
Por su parte, Dante Sica, exministro de Producción y Trabajo de Argentina durante el Gobierno de Mauricio Macri, y socio fundador de la consultora ABECEB, hace notar a DW la correlación de fuerzas en el comercio mexicano-estadounidense: "El 80 por ciento de lo que exporta México está dirigido a Estados Unidos. En Estados Unidos, las importaciones mexicanas representan solo el 15 por ciento, y son principalmente autos, energía y acero".
En lo que respecta a Brasil, el único país latinoamericano que figura en la lista de los 10 principales productores de acero del mundo, la medida de Trump podría incidir en una menor utilización de la capacidad instalada de la industria, un factor determinante de la rentabilidad del sector.
"La cuota brasileña de desbastes (el principal acero de la lista de exportación) a Estados Unidos se había negociado en 3,5 millones de toneladas al año. Eso equivale aproximadamente al 12 % del comercio mundial del producto", explica Mendes de Paula. "Teniendo en cuenta que este producto no se vende directamente al consumidor final, sino a otra acería, es difícil encontrar mercados inmediatos que compensen la probable caída de las exportaciones", dice Sica.
En Argentina, en cambio, se perfila un mayor impacto de los nuevos aranceles estadounidenses sobre el aluminio que sobre el acero.
Aunque los demás países latinoamericanos no se cuentan entre los grandes productores acereros, no están del todo ajenos a las repercusiones de los nuevos aranceles estadounidenses. "En los primeros días, solo con el anuncio de la medida, hubo volatilidad en el precio del acero, que aumentó entre el 4 y el 6 por ciento", observa Sica, quien estima que "vamos a entrar en una etapa de recalibración de los mercados".
La competencia china
Los efectos negativos en América Latina son, al parecer, un "daño colateral". Según el economista argentino, "el principal objetivo de estas medidas son las exportaciones chinas". La razón salta a la vista. "China pasó de tener el 15 % del mercado mundial del acero a casi el 50 %, pero, a su vez, está inundando de acero barato a todo el mundo, porque está vendiendo a precios de dumping", apunta.
China inunda el mercado de acero barato.Imagen: Mark/EPA FILE/dpa/picture alliance / Mark/EPA FILE/dpa
China es igualmente un factor clave en el diagnóstico de Mendes de Paula. "El principal problema del sector es el exceso estructural de capacidad instalada, que se debe en gran parte al hecho de que la industria siderúrgica china no funciona a la luz de una economía de mercado… La participación del Estado en la siderurgia china es de al menos el 40 % y las empresas reciben diversas subvenciones que les aseguran su permanencia en el mercado, aunque operen con bajos márgenes de beneficio", dice el economista brasileño.
Mendes de Paula ilustra el panorama, recordando que la demanda de acero en el ámbito inmobiliario chino cayó en más de 61 millones de toneladas entre los años 2022 y 2024. "No por casualidad, las exportaciones chinas de acero aumentaron de 68 millones de toneladas a 111 millones" en el mismo período. En comparación, "la producción de acero en América Latina en 2023 fue de 58 millones de toneladas. Así que la competencia desleal china, aunque no es el único, es el principal problema del sector a escala global, y en América Latina en particular".
Para Dante Sica, "se ha terminado de delinear un escenario de confrontación estratégica para las próximas décadas entre Estados Unidos y China. La época de los grandes acuerdos comerciales me parece que ha quedado atrás y entramos en una etapa en la que vamos a ver florecer muy fuertemente la búsqueda de acuerdos bilaterales". En su opinión, esto forma parte de la nueva estrategia de Trump. "Juega fuerte, impone medidas y después se sienta a negociar bilateralmente".