Colchones y juguetes de venezolanos sin techo, quemados tras una marcha contra la inmigración en Chile

Grupo de personas queman carpas que eran utilizadas por extranjeros para pernoctar en plazas y playas, durante una marcha contra la migración irregular el sábado, en Iquique (Chile). JOHAN BERNA / EFE

Cinco mil personas se movilizan en Iquique contra el ingreso irregular de extranjeros

En una de las escenas de mayor inhumanidad que se hayan visto en los últimos tiempos en Chile, una marcha antiinmigrantes en el norte del país terminó con una gran fogata con las pocas pertenencias de un grupo de venezolanos sin techo en la ciudad de Iquique, a unos 1750 kilómetros de la capital. Tiendas de campaña, colchones, ropa, juguetes infantiles como bicicletas, pañales, carritos de bebé y documentos ardieron en una gran pira luego de una manifestación a la que asistieron unas cinco mil personas este sábado. Habitantes de Iquique, una ciudad costera al oeste del desierto de Atacama, protestaron por la descontrolada crisis migratoria que enfrenta el norte de Chile con el ingreso masivo de inmigrantes por pasos no habilitados y que llevan a decenas familias de extranjeros a montar sus carpas en los espacios públicos. Las Naciones Unidas, tras la quema, calificó los hechos como “una inadmisible humillación”, según aseguró el relator especial sobre los derechos humanos de los migrantes de la ONU, Felipe González.

El ambiente estaba caliente en Iquique este fin de semana. Por órdenes de la autoridad administrativa de la ciudad, la policía desalojó el viernes a decenas de familias de inmigrantes que habían montado sus tiendas de campaña en la plaza Brasil y que vivían en condiciones insalubres y precarias. En el grupo residían muchos padres y madres con sus hijos menores. Fue un desalojo con incidentes y marcado por enfrentamientos entre Carabineros y los inmigrantes, que terminó con 14 detenidos (10 por desórdenes, dos por maltrato de obra a Carabineros, uno por una agresión con arma cortante a un vecino del sector y una por lanzamiento de elemento incendiario) y cinco policías heridos.

“El desalojo es algo que se había advertido y se está cumpliendo”, explicó el ministro del Interior, Rodrigo Delgado. “No está permitido utilizar los espacios públicos que tienen fines de esparcimiento, de recreación, para instalar viviendas transitorias”, manifestó el principal responsable político de orden y seguridad del Gobierno, que ha anunciado la reactivación de las expulsiones.

La marcha de las horas siguientes se organizó por redes sociales por los habitantes de Iquique y congregó a unas cinco mil personas, sin permiso de las autoridades. Protestaban por la descontrolada presencia de extranjeros y la falta de control que, aseguran, existe en la frontera. Muchos de los ciudadanos movilizados llevaban banderas chilenas y de los pueblos indígenas de América Latina, según se aprecia en vídeos y fotografías. La marcha arrancó en la plaza Brasil y se dirigió luego al edificio de la delegación presidencial –el representante del Gobierno en la ciudad–, donde los presentes gritaron consignas antiinmigrantes y cantaron la canción nacional. En la playa, un grupo insultó a una familia venezolana, que tuvo que ser resguardada por Carabineros. Luego, algunos de los manifestantes se dirigieron a un conocido espacio público donde viven inmigrantes, que fueron alertados previamente por la policía y alcanzaron a protegerse. Fue en esta esquina, en avenida Aeropuerto con Las Rosas, donde un grupo de chilenos armó la fogata y comenzó a lanzar las pertenencias de unas 10 familias.

“Lo que nos hicieron no se le hace a un ser humano”, decía entre lágrimas una venezolana a la que le incendiaron todo. “Nos quemaron todas las pertenencias, todo. Los papeles, todo. Se llevaron a uno de mis cachorros. Vivíamos en este lugar unos 30 venezolanos. No pudimos sacar nada”, aseguró la mujer, que contó que en el lugar vivían, además, unos siete bebés.

Fuente: El País (España)