Antártida: Qué fueron a hacer los 11 uruguayos que están varados por un Hércules averiado
Tras una donación de unos US$ 80 mil, científicos de la UTEC viajaron al continente en el marco de un proyecto sobre aguas residuales.
Once uruguayos —diez científicos y una periodista— se encuentran varados en la Base Artigas de la Antártida desde el pasado 6 de marzo debido a la rotura del motor del Hércules, uno de los aviones de las Fuerzas Armadas que suelen realizar este tipo de traslados.
De este modo, las autoridades informaron al grupo que su regreso está previsto para el 19 o 20 de marzo. Los científicos uruguayos son de la Universidad de la República y de la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTEC). Por su parte, la periodista es del interior del país.
Pero ¿por qué están en la Antártida? Según informó la UTEC, a comienzos de 2023 un equipo del posgrado en Agua y Desarrollo Sostenible del centro de estudios, en conjunto con investigadores del instituto internacional IHE Delft, visitó la Base Científica Antártica Artigas (BCAA) con el fin de realizar un diagnóstico referente a la provisión de agua y saneamiento en la base.
Así, los expertos tomaron muestreos de la fuente principal de agua potable —el lago Uruguay—, de cursos de agua cercanos, de los tanques de agua y de las fosas sépticas. En base a ese diagnóstico, señaló la UTEC, los científicos lograron identificar oportunidades de mejora en lo que respecta a la depuración de las aguas residuales en la base.
En ese contexto, el 26 de diciembre de 2023 en la planta de OSE de Trinidad, en Flores, los investigadores presentaron a las autoridades la planta de tratamiento de aguas residuales en el que trabajaron técnicos de UTEC y del IHE Delft de los Países Bajos. De este modo, el sistema partió de una donación del instituto holandés del agua IHE Delft a UTEC sobre el que la universidad sumó su diseño, adaptación e incorporación de automatismos con la colaboración de OSE. Se trata de una donación que oscila en costos unos US$ 80.000, informó el centro de estudios.
De este modo, los viajeros de la Udelar se instalaron en la Antártida el pasado 14 de febrero, mientras que el resto de los investigadores llegaron unos días después. “El dispositivo fue probado y validado en la planta de OSE en la capital de Flores y ya fue enviado vía marítima a la Antártida en enero de este año”, dijo la universidad en un comunicado.
Alejandra Szabo, docente del posgrado de Agua y Desarrollo Sostenible del centro de estudios, señaló que la Antártida “es un medio prístino y no se debe contaminar. En UTEC estamos enfocados en el tema del agua. Las aguas residuales domésticas deben estar tratadas y depuradas correctamente. Durante la última visita en febrero de 2023, identificamos varias oportunidades de mejora en la provisión de agua y saneamiento. En especial, la oportunidad más atractiva consistía en proveer una solución para depurar las aguas residuales”.
En esta línea, la experta aseguró que “el tema ambiental es fundamental en la Antártida”, por lo que en este caso trabajaron sobre “efluentes, residuos sólidos y la generación de energía”, según destacó el teniente de navío Rafael Fraga del Instituto Antártico Uruguayo. El trabajo en conjunto con UTEC “nos provee de una capacidad tecnológica que complementa las nuestras, donde cada integrante aporta sus mejores esfuerzos”, agregó Fraga.
Resultado de los estudios en Base Artigas
El saneamiento actualmente en la BCAA funciona en base al uso de tanques sépticos. “Los lodos que se acumulan en los tanques deben ser transportados a Uruguay una vez al año, mientras que los líquidos se descargan a los cursos de agua aledaños a la base”, explicó la UTEC.
El año pasado, entonces, los miembros de la UTEC y del IHE Delft “realizaron una evaluación sobre la provisión de agua y saneamiento en la Base Artigas ubicada en la península antártica. Como resultado, se observaron oportunidades de mejora, especialmente, en lo que respecta a la provisión de saneamiento”, agregó.
A partir de este diagnóstico, se propuso incorporar un sistema de tratamiento de aguas residuales con la tecnología más avanzada a nivel mundial para la depuración de aguas de este tipo: el biorreactor de membrana (MBR, por sus siglas en inglés).
El sistema “produce un efluente tratado, prácticamente libre de materia orgánica y nutrientes (fósforo y nitrógeno) y de microorganismos patógenos. El efluente tratado es de tal calidad, que el mismo se puede llegar a reutilizar dentro de la Base Artigas para ser usado en actividades de limpieza o de descarga de cisternas”, indicó Héctor García, coordinador del posgrado en Agua y Desarrollo Sostenible de la UTEC, que recibirá a partir de abril a una nueva generación de estudiantes.